Hace más de
doscientos años, en un pueblito de Cartago, vivía una mujer muy hermosa, la más
linda del pueblo. Bella como una rosa, de curvas pronunciadas, hermosísimos
bustos, piernas torneadas y una cara sin igual; sin embargo era la muchacha muy
orgullosa y no guardaba la menor consideración por sus padres, a los que con
frecuencia humillaba y desobedecía, pues se decía ser muy infeliz de ser pobre.
Cuenta la
leyenda que, un día, esta bellísima joven recibió una invitación de un
acaudalado y buen mozo español para asistir a un baile, a lo cual su madre se
opuso, pues el joven era reconocido por sus atributos de conquistador y poco
formal con las muchachas.
Ante la
negativa de su mamá, la joven estalló en ira y blasfemó contra ella y llenó de
improperios su humilde hogar; su madre la observaba y lloraba en silencio, ante
la actitud de su hija, pero a la joven no le bastó con insultar, sino que en un
momento dado levanto su mano para abofetearla, pero no había levantado
completamente aún su mano, cuando de la nada salió una mano negra, con grandes
uñas y sostuvo la mano de la hija ingrata, entonces se escucho una voz
estruendosa que dijo:
"Te
maldigo mala mujer, por ofender y pretender golpear a quien te dio la vida,
desde hoy y para el resto de los siglos los hombres a ti se acercarán pero por
tu espantoso rostro de ti correrán"
Así es como
desde entonces la cegua se aparece de pronto en el camino pidiendo que a algún
jinete la lleve en su caballo, argumentando que va al pueblo mas cercano; “no
hay un hombre que se resista a tan hermoso cuerpo y dulce ruego”, pero una vez
que sube en ancas al caballo su cara se transforma en la de una horrible bestia
similar a la de un caballo relinchando.
La cegua
aparece también a aquellos hombres mujeriegos que andan a altas horas de la
noche en la calle, ella se les aparece y con su dulzura le hace creer que es
una nueva conquista pero en un momento dado muestra su rostro de caballo.
Muchos dicen
haber tenido encuentros con la cegua y aún hoy se menciona que en cualquier
carretera cuando vayas en tu auto y de noche, has de tener cuidado de quien te
haga una parada, pues ella se subirá con todos sus encantos a tu auto, y cuando
estés absorto con su belleza se convertirá en lo que es, la cegua.
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